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El Paisaje

Parque Natural Sierra de Andújar

Oasis de paz en corazón de Sierra Morena

 

El Parque Natural Sierra de Andújar, oasis de paz en el corazón de la Sierra Morena jiennense, posee unos relieves ondulados en el centro del territorio, paisajes abruptos en el curso de algunos ríos y arroyos; y relieves quebrados en toda la franja norte. En esta zona montañosa de Sierra Quintana, se encuentra el Pico Burcio del Pino con la máxima cota 1.290 m sobre el nivel del mar.

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Parque Natural

Geologia
El paisaje
La geología

 

La historia geológica de la Sierra de Andújar es larga y compleja, extendiéndose desde el Paleozoico Inferior hasta nuestros días, a lo largo de unos 500 millones de años.

Litológicamente, destacan pizarras y cuarcitas, las cuales dominan la mayor parte de la superficie. También aparece una franja de granito y algún enclave sedimentario de caliza en la parte norte. 

 

El relieve se caracteriza por las suaves ondulaciones típicas del paisaje de Sierra Morena. Estas suaves formaciones se ven interrumpidas por valles donde los ríos excavan cauces, en ocasiones angostos.

En el Parque se distinguen las siguientes áreas:

  1. El extremo norte, caracterizado por su relieve abrupto y montañoso, con descensos de cotas bruscas y pendientes pronunciadas. Está dominado por cuarcitas, los materiales más antiguos del macizo; y pizarras, lo que da lugar a este paisaje característico de crestas y valles. En esta zona montañosa, en Sierra Quintana, se encuentra el Pico Burcio del Pino con la máxima cota, con 1.290 m.

  2. Banda centro sur (penillanura granítica de la Virgen de la Cabeza), con una morfología de tipo plano ondulado. Esta homogeneidad sólo se ve alterada por pequeños cerros y cabeceras de barrancos.

  3. Parte del sector central y sur, nuevamente con relieve abrupto debido a los barrancos y al encajonamiento propiciado por la erosión de los cursos fluviales de importancia, como son el río Jándula y el Yeguas. De nuevo hay  rocas graníticas pertenecientes al afloramiento del Batolito de Los Pedroches.

 

En cuanto a la altimetría el Parque se sitúa entre los 200 m en el Sur, en el río Jándula, y los 1.291m en la Sierra Quintana, en el límite con Ciudad Real. La altitud media en el Parque es de 585 m.

Esta orografía del terreno, surcada por numerosos cauces fluviales que desembocan en el Guadalquivir y que moldean, en ocasiones, profundas gargantas y empinadas laderas, dan lugar a parajes de gran belleza.

Hidrografía
El paisaje
La hidrografía

 

Desde el punto de vista hidrológico, este espacio natural está condicionado por la geología de la zona, estando presentes los ríos Jándula, Yeguas, Pinto, Valmayor, Sardinillas y Cabrera, pertenecientes todos a la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir, los cuales discurren de norte a sur perpendicularmente a este río.

La red fluvial se distribuye en 3 subcuencas: Yeguas, Jándula y Rumblar. De todos estos cursos de agua que surcan el interior del Parque Natural, el río Jándula es el más importante, encontrándose en sus márgenes unas atractivas áreas recreativas, siendo posible practicar en ellos, además, la pesca y algunas actividades acuáticas. El caudal de estos ríos presenta oscilaciones, sobre todo en la época estival.

Sobre el límite oriental del Parque Natural se localizan dos embalses, el del Jándula (322 hm3) y el del Encinarejo (15 hm3), ambos sobre el río Jándula. Se trata de embalses con grandes oscilaciones de nivel debido a los acusados estiajes.

En el Parque se encuentran aproximadamente 50 charcas artificiales, fundamentalmente para proporcionarle agua a la fauna cinegética y, en menor medida, al ganado doméstico.

Vegetación
El paisaje
La vegetación

 

En los paisajes del Parque Natural conviven los espacios adehesados y abiertos, con barrancos y laderas umbrías; y con las magníficas formaciones de bosque mediterráneo compuestas por encinas, quejigos, alcornoques y robles, sin olvidar las manchas de vegetación de pino piñonero fruto de las repoblaciones.

 

Las  formaciones vegetales más representativas son:

  1. Los pinares de repoblación, que ocupan un 21% de la superficie. Las especies principales son el pino piñonero y el pino negral, siendo el primero el más extendido ya que ocupa el 80% de la superficie protegida.

  2. La dehesa representa el 15%, y las especies que la componen son principalmente la encina, seguida del alcornoque y en menor medida el quejigo. Es un modo de aprovechamiento de considerable importancia para la ganadería vacuna, ovina y de lidia.

  3. Las formaciones de matorral, con o sin arbolado disperso, componen la vegetación más abundante, formadas básicamente por coscojas, lentiscos, jaras, enebros y jazmines silvestres; entremezclados con cornicabaras, madroños, olivillasy plantas aromáticas como el romero, mejorana, cantueso y tomillo; las cuales prestan su color y su olor a estos parajes para hacerlos, si cabe, aún más atractivos.

  4. Las formaciones densas de Quercus spp., ocupan una superficie reducida, un 4%. Las especies principales son encina, alcornoque y quejido.

  5. Por último cabe destacar la vegetación de ribera, destacando los suaces, fresnos, alisos, tamujos, mirtos y adelfas.

 

Entre las especies vegetales a destacar se encuentran Asplenium billotii y Narcissus assoanus; las cuales están incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies de la Flora Silvestre Amenazada.

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